En el corazón de Suiza, en la pintoresca región de Gruyères, se encuentra Cailler, una fábrica de chocolate que no solo produce delicias, sino que también cuenta una historia maravilloso que se remonta a más de dos siglos.
Los inicios de una leyenda: François-Louis Cailler
La historia de Cailler comienza en 1819 cuando François-Louis Cailler, un visionario suizo, abre su primera fábrica de chocolate en Corsier-sur-Vevey. En una época en la que el chocolate era considerado un tónico más que un placer, Cailler se atrevió a producir chocolate sólido y asequible, moldeado en tabletas y bloques pequeños.
Su éxito fue inmediato, y Cailler se convirtió en uno de los pioneros en la industria chocolatera, ofreciendo una amplia variedad de chocolates con diferentes sabores y envases. Sus productos, como el pur caraquey el commun sucré, conquistaron tanto el mercado local como el internacional.
La expansión y el legado de Cailler
A lo largo de los años, la empresa Cailler continuó expandiéndose, abriendo nuevas fábricas en Corsier y Vevey, y estableciendo un legado de innovación y calidad.
En 1898, Alexandre-Louis Cailler, nieto del fundador, inauguró la actual fábrica de Broc, un complejo de vanguardia que incorporó la energía hidroeléctrica, convirtiendo a Broc en un pueblo electrificado. La producción de chocolate, especialmente el chocolate con leche, utilizando leche de las lecherías locales, comenzó a ser masiva, con un número de trabajadores que se multiplicó rápidamente.
La fusión con Nestlé y la permanencia de la marca Cailler
En el siglo XX, Cailler se unió a otras empresas chocolateras suizas, como Peter y Kohler, formando la Société générale suisse des chocolats Peter et Kohler réunis. En 1929, esta fusión se extendió a Nestlé, creando un gigante de la industria chocolatera.
A pesar de la fusión, Cailler mantuvo su identidad como marca y continuó fabricando sus chocolates en Broc, utilizando la misma receta tradicional que los había hecho famosos.
Cailler : Un viaje a través del tiempo
Hoy en día, la fábrica de Cailler en Broc es mucho más que una planta de producción; es un destino turístico que atrae a visitantes de todo el entorno.
Los visitantes pueden explorar la historia de la marca Cailler, descubrir el proceso de elaboración del chocolate, desde la selección de los ingredientes hasta el empaquetado final, y disfrutar de degustaciones de chocolate en la sala de degustación.
La fábrica también ofrece talleres de chocolate, juegos de escape y un área de juegos al aire libre, creando una experiencia completa para todos los gustos.
Los productos Cailler : Un deleite para los sentidos
Cailler produce una amplia variedad de chocolates, desde tabletas de 100g y 200g, incluyendo leche, oscuro y blanco, hasta barras de chocolate individuales, como la famosa Branche. También produce cajas de pralinés, como las tradicionales Ambassadory Fémina.
Los productos Cailler son conocidos por su calidad excepcional y su sabor único, que evoca el encanto de la tradición chocolatera suiza.
Un legado de calidad y tradición
Cailler es mucho más que una fábrica de chocolate; es un símbolo de la historia, la innovación y la calidad de la industria chocolatera suiza. Su legado continúa inspirando a los amantes del chocolate de todo el entorno, recordándonos que las cosas buenas de la vida, como el chocolate, nunca pasan de moda.
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